Patrimonio Comunidad

La necesidad de un análisis crítico sobre los roles y las funciones del Museo ha sido abordada desde múltiples perspectivas. La denominada Crítica Institucional desarrolló esta labor, en primer lugar, mediante una generación de artistas que pusieron en cuestión los procesos de legitimación estética ejercidos por la propia institución; la segunda generación de la Crítica Institucional, a partir de la década de los noventa, se caracterizó por incorporar el análisis crítico en el interior de la propia estructura institucional, cual introspección que garantizara la capacidad de expansión de un museo invulnerable. En esta tesitura, se impone el imperativo de crear herramientas para una suerte de Crítica Institucional de tercera generación, capaz de examinar al museo desde la exterioridad y con la función de rehabilitar la capacidad de la experiencia estética como fundamento de una subjetividad en libertad y de una esfera pública plural. La creación de dispositivos para-museísticos, de carácter móvil, ha de interpretarse desde esta precisa necesidad y, en consecuencia, como una posible herramienta para esa Crítica Institucional de tercera generación.

La posibilidad de subvertir la lógica del museo mediante la construcción de artefactos móviles tiene ya una larga tradición. Desde la célebre maleta de Marcel Duchamp (Boite-en-valise, 1941) las iniciativas para trasladar el ámbito de la experiencia estética más allá de los límites del museo se han multiplicado. Pero esta misma tradición de un “arte ambulante” también ha sido objeto de una reciente cooptación por parte del Museo convencional. En efecto, en la última década hemos asistido a una proliferación de tentativas por multiplicar el perímetro del Museo tradicional mediante estructuras portátiles (los pabellones temporales de la SerpentineGallery desde 2000, el proyecto para el Temporary Guggenheim Tokyo en 2001 o, más elocuente si cabe, el reciente ChanelContemporary Art Container planeado por ZahaHadid en 2008).

Frente a este fenómeno invasivo, Esto no es un museo. Artefactos móviles al acecho pretende catalogar y reflexionar sobre esas otras iniciativas que, circulando por el espacio público, colisionan con esas prótesis museísticas convencionales, en la medida que, en lugar de extender los metros lineales de los muros del museo, reformulan las funciones del dispositivo expositivo como plataforma nómada para la participación directa y autogestionada, para el desarrollo de la investigación social y para la articulación de experiencias educativas. En otras palabras, si los pabellones temporales del museo convencional pretenden ampliar sus tiempos y espacios de aparición con el objeto de fortalecer la propagación de sus modelos narrativos, los artefactos móviles que acechan al museo serán aquellos que, transitando por el mismo paisaje social, ensayan maneras de entender la célula expositiva como un lugar de recepción y construcción de las narrativas plurales y críticas frente al modelo hegemónico.

Martí Peran

El Museo de Arte Contemporáneo, en su sede Quinta Normal, presenta una muestra reflexiva y crítica respecto del rol y las funciones de un museo. Entre el 28 de septiembre y el 24 de noviembre se exhibirá la muestra Esto no es un museo. Artefactos móviles al acecho, bajo la curatoría del español Martí Perán. Esta exposición llega a Chile tras ser presentada en diversas ciudades como Ciudad de México, Ljubljana y Washington.

Bajo el título Esto no es un museo. Artefactos móviles al acecho, el curador ha convocado proyectos de distintos lugares del mundo que propongan dispositivos que subvierten las lógicas tradicionales de los museos. En muchos casos, se trata de artefactos que se sitúan fuera de los edificios, portátiles, autogestionados, y que invitan a la participación directa de la sociedad en sus contenidos.

Desde la célebre maleta de Marcel Duchamp, Boîte-en-valise (1941), se han multiplicado las iniciativas para trasladar arte más allá de los muros de los museos. En la última década, este tipo de proyecto se ha realizado en instituciones internacionales, como los pabellones temporales de la Serpentine Gallery (Gran Bretaña), el Temporary Guggenheim Tokyo (2001), o el Chanel Contemporary Art Container de Zaha Hadid (2008).

MAC Quinta Normal, en su misión de exhibir las propuestas más experimentales del arte contemporáneo, presenta esta muestra que subvierte las tradicionales formas de exhibición. En la muestra se podrá conocer proyectos como una réplica inflable y en miniatura del Museo Guggenheim de Bilbao, espacios de exhibición que son movilizadas sobre bicicletas, carros callejeros y más.

Con motivo de esta muestra, Martí Perán realizó un taller en Chile con estudiantes de arquitectura, arte y diseño de la Universidad Diego Portales. De ese encuentro surgieron propuestas que serán incluidas dentro de esta exposición.

Crítico y curador nacido en Mataro, España, en 1961. Es profesor de Teoría del Arte de la Universidad de Barcelona y co-editor de la revista Roulotte. Ha conducido talleres y seminarios sobre crítica y prácticas curatoriales en distintos centros. Ha impartido conferencias en museos e instituciones como MACBA (Barcelona), MNCARS (Madrid), USP (Sao Paulo), Trienale (Milano), CCEBA (Buenos Aires), NYU (New York), Art Beijing (Beijing) y UNAM (Ciudad de México). Ha curado proyectos como Arquitecturas para el acontecimiento (Castellón, 2002), Stand by. Listos para actuar (México D.F., 2003), Corner (Barcelona 2004-2005); Mira como se mueven. 4 ideas sobre movilidad (Fundación Telefónica, Madrid, 2005), Post-it City. Occasional Cities (CCCB, Barcelona, 2008; MAC Santiago de Chile, Centro Cultural Sao Paulo, 2009; Centro Centro, Madrid, 2011); After Architecture (Arts Santa Mónica. Barcelona, 2009).

El domingo 29 de mayo del año 2011, con motivo de la celebración del Día del Patrimonio, realizamos la sexta versión de “Chile Dibuja” en la intersección de las calles Catedral y Puente, esquina noroeste de la Plaza de Armas, Santiago Centro. Comenzó a las 11:00 y culminó a las 19:00 horas. Se exhibieron 187 dibujos y dos papelógrafos de 90 x 250 cms.

Este es un taller de dibujo situado en la contingencia del espacio público, en que la gente que no pertenece necesariamente al mundo del arte profundiza a través del dibujo, en su memoria e historia. En ese sentido, se hace del dibujo una práctica reflexiva, puesto que ‒para nosotros‒ dibujar en y el espacio público es pensar y ocupar dicho lugar.

Esta versión buscó construir sentido bajo el alero de los conflictivos conceptos de Patrimonio y Comunidad, pues, paradójicamente, rememoramos la ausencia del Bazar Alemán, fundado por los hermanos Krauss en 1875, el que fuera demolido posteriormente en 1980. Asimismo, nuestra actividad fue realizada al margen de cualquier actividad programada oficialmente por el Estado, apropiándonos ‒sin ningún tipo permiso municipal‒ del espacio público.